El Lifting es la cirugía estética facial por excelencia, utilizada para borrar las marcas de envejecimiento presentes en el rostro y el cuello. Permite redefinir el contorno facial, proporcionando así un efecto rejuvenecido y recuperando la vitalidad que el tiempo había hecho desaparecer.
El envejecimiento es la consecuencia natural del paso del tiempo. Sus secuelas, la exposición prolongada a los rayos solares o el estrés de la vida cotidiana, se hacen especialmente patentes en la cara y el cuello, provocando surcos y pliegues que hacen que la expresión pierda definición. Todos estos efectos pueden remediarse notablemente mediante un Lifting.
Los signos de envejecimiento facial suelen ser progresivos. Se inician en la zona periocular (alrededor de los ojos) y van descendiendo paulatinamente pasando por las distintas regiones de la cara hasta alcanzar el cuello. Por eso, un Lifting Facial suele ir acompañado por otras cirugías estéticas faciales, tales como Blefaroplastia, Lipo de Papada, rellenos con Ácido Hialurónico o la propia grasa del paciente, entre otros.
Existen muchas técnicas quirúrgicas para el tratamiento del envejecimiento facial. El cirujano indicará qué tipo de intervención es la más conveniente de acuerdo con las necesidades y expectativas del paciente.
El proceso quirúrgico varía en función de:
Un lifting se realiza en una sola intervención. La técnica consiste básicamente en reposicionar las capas musculares, la piel y la grasa, retirando el tejido sobrante mediante una incisión que habitualmente comienza en la zona de las sienes (por dentro del pelo), se extiende al interior de las líneas naturales que existen en las orejas y continúa alrededor de los lóbulos, detrás de las orejas y del cuero cabelludo. De esta manera las cicatrices quedan perfectamente disimuladas.
Cuando el cuello necesita un tratamiento especial, es necesario realizar una incisión justo debajo del mentón.
Además de la piel, la acción quirúrgica se concentra sobre las estructuras musculares, óseas y grasas de la cara, lo que permite conseguir unos resultados iniciales más naturales y más duraderos a mediano y largo plazo.
Tiempo quirúrgico: dos horas y media, aproximadamente.
Finalizada la cirugía: el cirujano deja unos pequeños drenajes bajo la piel para que no se acumule ningún líquido. El paciente sale del quirófano con la cabeza envuelta en un vendaje acolchado.
Los puntos de sutura se retiran a los 21 días.
Anestesia: local o general.
Hospitalización ambulatoria: el paciente va a ser dado de alta el mismo día de la cirugía, una vez recuperado de la anestesia. Permanece de 4 a 6 horas internado, aproximadamente.
Deberá volver a su primer control después de 48 horas.
Lista de estudios necesarios antes de la cirugía. De su resultado depende que el paciente esté apto o no para realizarse el procedimiento quirúrgico:
El cirujano plástico le indicará qué pasos debe seguir en cada momento. Durante la primera consulta, evaluará su estructura facial y la calidad de su piel así como su estado de salud en general. Es importante que le informe sobre sus hábitos cotidianos: si fuma o ingiere alcohol habitualmente, si toma algún tipo de medicación, etc. Si usted es fumador y desea realizarse un lifting, deberá abstenerse de fumar durante las dos semanas previas y las dos semanas posteriores a la intervención, ya que el tabaco puede afectar negativamente la cicatrización de la herida.
El día antes de la cirugía:
El mismo día de la cirugía:
Todos estos cuidados posteriores son decisivos para obtener un buen resultado:
El resultado definitivo se observa después de tres meses, aproximadamente. La sensibilidad de la zona operada se recupera poco a poco, a partir de las dos semanas. Las cicatrices después de un Lifting quedan prácticamente imperceptibles.
El paciente deberá esperar, como mínimo, 10 días desde su cirugía para poder retomar su trabajo. El cirujano especialista indicará si es necesario esperar más tiempo antes de volver a trabajar, dependiendo de la complejidad de cada cirugía y la evolución propia del paciente.
Nuestros cirujanos especialistas recomiendan a sus pacientes realizarse un Lifting después de los 50 años de edad, como mínimo.
No es posible determinar cuántos años exactamente perdurarán los resultados obtenidos después de una cirugía estética como el Lifting. Sí podemos asegurar que la acción quirúrgica de ésta cirugía crea un proceso de cicatrización que actúa como freno ante la gravedad y retarda el efecto de descolgamiento, pero no puede proporcionar un resultado totalmente definitivo.
Hay que tener en cuenta que, por el momento, no podemos luchar contra la acción de la gravedad, la responsable de la caída de las distintas estructuras de la cara.
Los buenos hábitos del paciente, en el cuidado de la piel, ayudarán a prolongar el resultado de la cirugía.
No, es una cirugía que garantiza resultados naturales conservando la expresividad y rasgos del rostro de cada persona. Es normal que, sólo durante los primeros días posteriores a la cirugía, se vea extraño ante el espejo a causa del proceso inflamatorio, pero poco a poco se irá remitiendo. El único cambio definitivo que el paciente notará después de un Lifting es su rostro rejuvenecido.
Por lo general, se recomienda hidratar la piel con cremas que contengan Vitamina A, una vez que el cirujano retira las cintas sobre las cicatrices. Éste tratamiento ayuda a que la cicatrización sea más rápida.
El cuidado de la piel antes y después de la operación influirá en el resultado final del aspecto de las cicatrices.